Nueve heridos leves al descarrilar el trenhotel París-Madrid en la estación de Medina del Campo

El accidentado convoy partió con una hora de retraso y acumuló otras cuatro en la frontera franco-española.

másMedina.- El trenhotel París-Madrid descarriló ayer pocos metros antes de entrar en la marquesina de la estación de trenes de Medina del Campo. 9 de los 211 pasajeros que viajaban en el convoy resutaron heridos leves, entre ellos dos niños de 6 y 12 años de edad. Las contusiones fueron atendidas por personal sanitario en la propia estación salvo en 4 casos, que fueron trasladados al Hospital Comarcal de Medina del Campo.

«Este tren venía con problemas desde el principio» afirmó Dominique Robin, una de las pasajeras que, junto a dos compañeras de trabajo, viajaba a la capital de España. «Salió con una hora de retraso de París, y por la noche se retrasó cuatro horas más». El fallo de suministro eléctrico en el tramo Alsasua-Vitoria se sumó a una huelga que se desarrolla en Francia, según apuntaron fuentes de Adif, produciendo el acentuado retraso.

Pese a que el tren debería haber finalizado su trayecto a Madrid a las 9,30 horas de la mañana, a eso de las 12,00 aún se llegaba por Medina del Campo. Escasos metros antes de llegar al interior de la estación, cuando accedía a los cambios de vías, las ruedas de los 7 primeros vagones (de un total de 23) se salieron de la banda de rodadura, produciéndose un fuerte estruendo y la violenta separación de la locomotora.

Durante los primeros minutos, el intenso polvo blanquecino impedía la visión. Cundió la alarma entre los servicios de emergencia, que ante lo aparatoso de la escena creyeron mucho mayor la gravedad de lo sucedido. Poco después los pasajeros, ayudados por personal de la estación y de los servicios de Protección Civil, fueron saliendo con sus maletas y acomodándose en el primer andén. La gran mayoría de los pasajeros eran de origen extranjero, procedentes sobre todo de Francia, Reino Unido, China, Sudamérica y países del Magreb.

El tráfico ferroviario no se vio afectado por el accidente y el resto de conexiones «se prestó con normalidad», señaló Renfe en un comunicado.

En cuanto a los heridos, cinco de los contusionados, cuatro de ellos mujeres (P. R, de 30 años; E. M. S. C, de 40; A. M. F. D, de 61 y C. L. de 12), y un varón, (J. J. G. C, de 44 años), fueron atendidos en la misma estación y dados de alta in situ, mientras que los otros cuatro, dos mujeres (R. P. M, de 35 años y M. C. I. R, de 60), y dos hombres (L. F. F, de 83 y H. R, de 6), fueron evacuados al Hospital Comarcal de Medina del Campo desde la estación, hasta donde se desplazaron tres ambulancias de soporte vital básico y una UVI móvil de Sacyl.

Dos horas y media después del descarrilamiento llegó a la estación de Medina del Campo un tren modelo Alvia para llevar a los pasajeros a Madrid. A las 14,35 horas tomaron todos asiento el nuevo vehículo.

Un grupo de peritos de Adif se personó en el lugar para averiguar el alcance de los daños y el origen del accidente. Asimismo, durante los primeros minutos efectivos del Cuerpo Nacional de Policía levantaron un atestado para informar a las administraciones pertinentes. Protección Civil proporcionó diverso avituallamiento a todos los pasajeros.

Rápida respuesta de los servicios de Protección Civil

«En cuanto se produjo la alarma pusimos en movimiento a los servicios de Protección Civil» aseguró ayer, en la escena del siniestro, el teniente de alcalde de la villa, Javier Rodríguez.  «Hemos recibido el aviso prácticamente en el momento en que se ha producido el accidente».

A eso de las 12 del mediodía el equipo de Seguridad de Adif se puso en contacto con el servicio de emergencias 112, para avisar del descarrilamiento. Éste notificó el incidente a la Policía Local de Medina del Campo, a una dotación del Cuerpo de Bomberos del municipio y al Cuerpo Nacional de Policía.

Por su parte, la Gerencia de Emergencias Sanitarias del Sacyl envió una UVI móvil y tres ambulancias de soporte vital básico, cuyos facultativos atendieron a los nueve heridos.

«Desde el principio se puso en marcha el operativo por parte de Protección Civil, desde el Ayuntamiento de Medina del Campo, a la vez que se movilizaban el resto de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado», continuó relatando Rodríguez. «Desde Protección Civil hemos habilitado un número suficiente de cajas de agua y de zumos para que los pasajeros de este tren pudieran, al menos, aliviar el nerviosismo, y quedamos a la espera de recibir otra orden o comunicación para habilitar un operativo distinto si fuera necesario».

Dados de alta

Los 4 heridos leves que fueron atendidos en el Hospital Comarcal de la villa quedaron en observación durante la tarde de ayer, y fueron dados de alta hasta las 18,00 horas, cuando la última ingresada fue conducida a la estación junto a los otros 7 miembros de su familia para proseguir viaje a Madrid y, posteriormente, a Granada.

Los otros tres, con diversos traumatismos, fueron llevados en taxi a su destino en Córdoba y, en el caso del anciano de 81 años, otro taxi hasta su domicilio en Madrid. A las 19,30 horas, Renfe desplazó los vagones que no habían descarrilado a Valladolid, permaneciendo en la estación de Medina sólo los 7 accidentados.

Actuaron en su puesto como encargados ayer, por Renfe Operadora, Ricardo Rivera, y Alfredo Losada como encargado de Adif.

Este último destacó el «excelente comportamiento» de los pasajeros del tren siniestrado que, lejos de preocuparse por quejarse o reclamar, han permanecido con total tranquilidad. «Sólo alguno ha hecho alguna llamada telefónica, pero ni siquiera han querido utilizar otros vehículos que les hemos ofrecido».

«También los servicios de Protección Civil han tenido un comportamiento ejemplar», aseguró. Personal de Adif estudia el modo de arreglar la vía de los andenes 3 y 4, así como levantar y trasladar los vagones. «Será una tarea costosa y complicada que llevará varios días», señalan fuentes de la empresa.

«Sentimos un gran frenazo y las maletas se nos vinieron encima»

«Yo estaba dormido y de repente se produjo un gran frenazo y un gran ruido», relató ayer el joven Ignacio Villarreal, natural de la ciudad de Monterrey, al noroeste de México.

«Todas las maletas se empezaron a mover y se nos vinieron encima. Me levanté y poco después subieron los bomberos y la gente comenzó a sacar sus maletas a las vías». Él fue el miembro más accidentado de los 20 que componen «La Ratilla 21», un equipo de Polo mexicano que se encuentra de vacaciones por Europa.

Parecida experiencia relata Dominique Robin, procedente de París junto a dos compañeras de trabajo. «Sentimos de repente un gran frenazo, lo que pasa es que nosotras estábamos en el último coche», pronuncia en un buen español con leve acento francés. «Luego se apagaron las luces. Todo el mundo mantuvo la calma. Después bajamos al andén y nos informaron de que teníamos que venir a la estación. Llevamos aquí casi dos horas, pero es que este tren ha sido una aventura desde el principio porque llevamos mucho retraso».

Por su parte, la argentina Cristina Bustos relató que en el momento del descarrilamiento se encontraba en el vagón restaurante. «Estaban los empleados del tren y de repente se le cayeron todas las cosas al camarero: las tazas, los cafés… En seguida se dieron cuenta de que habíamos descarrilado. En el bar hubo mucho quilombo (desastre) porque todas las tazas se cayeron. Yo creo que íbamos despacio, porque si hubiéramos ido rápido los vagones habrían chocado entre sí».

Esa fue la opinión mayoritaria entre los pasajeros, una absoluta normalidad y la sensación de que el convoy no viajaba con más velocidad de la necesaria, pese a que uno de los pasajeros sí declaró a una radio local que le dio la impresión de que el tren «iba muy rápido, sobre todo en las curvas». Lo atribuyó al intento de recuperar tiempo dado el retraso acumulado por el tren.

Viajaban en el trenhotel París-Madrid un buen número de pasajeros a destinos más lejanos que la capital de España como Córdoba, Málaga o Sevilla, para los que las combinaciones de transbordo se vio complicada por las casi ocho horas de retraso (una hora en origen, cuatro en la frontera y tres en el descarrilamiento).

Una hora después del accidente, salvo para las personas consusionadas el ambiente en el primer andén de la estación de Medina del Campo era de total tranquilidad. Sonidos alegres de grupos de jóvenes se mezclaban con los beeps de videojuegos de mano con los que muchos mataron el tiempo. Tampoco faltaron los corrillos de naipes ni las visitas de numerosos vecinos de la villa que se acercaron al lugar para ver con sus propios ojos lo sucedido.