20.000 espectadores abarrotaron las calles para recibir a la Reina Juana en el V Centenario de su llegada a Tordesillas

Más de 200 personas del municipio participaron en una gran representación que culminó con una pieza teatral en el atrio de las Casas del Tratado.

másMedina. Tordesillas.- Un incontestable éxito de publico se registró anoche en las calles del centro de Tordesillas, donde se dieron cita más de 20.000 espectadores. Por cuarto año consecutivo, los habitantes de  Tordesillas recordaron la llegada de la Reina Juana I a la villa. Pero en esta ocasión el encuentro fue especial, ya que se cumplía el quinto centenario de la efeméride, uno de los acontecimientos históricos más importantes de la localidad.

Más de 200 tordesillanos participaron en la representación que escenificaró el momento en el que la Reina hizo su entrada en el municipio. Juana I reparó en Tordesillas en 1509 y estuvo en la villa 46 años. Con esta actividad, que se inició en 2005, se pretende dar el pistoletazo de salida a los actos que se celebrarán este año con motivo del quinto centenario de su llegada.

Como ya sucediera el pasado año, una tordesillana de 29 años, en esta ocasión María Marqués González, interpretó la figura de Juana I. La celebración de la llegada de la Reina tuvo cinco partes diferenciadas, que dieron comienzo a las 19:30 horas. La primera se situó en la Puerta de la villa. La Reina Juana I, protegida por sus Monteros de Espinosa, Catalina, su hija, sus damas de compañía, personal de palacio, su padre Fernando el Católico, transportaban el féretro de Felipe el Hermoso custodiado por numerosos monjes que alumbraron el paso del cortejo con sus antorchas.

En la Plaza Mayor, varias vecinas de Tordesillas se asomaban a sus balcones comentando el trasiego ante la llegada de Doña Juana y su cortejo. Ya en la Puerta del Foraño, Hernando de Tovar, Capitán de los Monteros, ordenó abrir las puertas para dar paso a la Reina. La comitiva entra al recinto amurallado. La siguiente acción se situó en la Plaza Mayor. El cortejo se detuvo ante las dudas de la Reina, que quería volver a la ciudad de Burgos. Finalmente su padre, Fernando el Católico, la convenció para que se quedara en Tordesillas.

Finalmente, el Palacio Alto de San Antolín acogió la llegada del séquito al Palacio Real donde se escenificó un pasaje de la vida de la Reina, recordando lo que fue una de sus vivencias más dolorosas: la muerte de su esposo. La Reina entra en Palacio, donde permanecería hasta su muerte.

La última de las representaciones se desarrolló en el Palacio Alto. Tuvo lugar una recreación de una época de la vida de la Reina, momentos antes de la muerte de su marido, Felipe el Hermoso. Este último acto corrió a cargo del Grupo de Teatro de Tordesillas “Pandora”.

Recorrido por la historia

Cuando Juana I llega a Tordesillas, lo hace acompañada del féretro de su marido Felipe El Hermoso, que falleció a los 28 años al beber un vaso de agua helada después de haber jugado a la pelota. El mismo año en que fue jurada como heredera por las Cortes de Castilla (1502) empezó a manifestársele una enfermedad mental, determinada según algunos por la infidelidad de su marido, hacia quien sentía un amor apasionado.
A pesar de su enfermedad, la tercera hija de los Reyes Católicos nunca fue declarada incapaz por las Cortes castellanas ni se le retiró el título de reina. Los celos que Juana I tenía se podrán ver reflejadas durante la obra en un dato: de las 200 personas que participan en la representación las únicas mujeres que la acompañan son sus hijas y las Damas de Compañía. El resto serán hombres.

El “Día de la Reina” está organizado por la Asociación de Empresarios y Profesionales y el Centro de Iniciativas Turísticas de Tordesillas, y convierte año tras año a la villa en una cita obligada con su memoria histórica. Para la realización de la fiesta, la organización ha recibido el asesoramiento de Miguel Ángel Zalama, Catedrático de Historia del Arte” y autor del libro Vida cotidiana y Arte en el Palacio de la Reina Juana en Tordesillas.