La reina Juana I de Castilla recibió ayer la más multitudinaria bienvenida en Tordesillas

Varios miles de personas asistieron ayer en Tordesillas a la gran dramatización que conmemora la llegada de la Reina a la localidad en 1509

másMedina.- Miles de personas acompañaron en la tarde de ayer a la reina Juana I de Castilla en el momento de su entrada a Tordesillas. La representación teatral, en la que participaron más de 200 actores, recordó que hace 499 años Juana la Loca entró con el féretro de su marido Felipe El Hermoso a la villa, y que poco después regresó para permanecer allí 46 años, hasta el día de su muerte el 12 de abril de 1555.

Sara Molina, una tordesillana de 29 años, la misma edad que tenía la reina cuando llegó a la localidad vallisoletana, ha sido la encargada de interpretar a Juana I en este acto que ha servido de ensayo general a los que se desarrollarán el próximo año con motivo del V centenario, una fecha que los vecinos de Tordesillas esperan con ilusión.

La representación se dividió en cinco actos y la puesta en escena comenzó en la Puerta de la Villa, lugar en el que la reina, protegida por sus Monteros de Espinosa y acompañada por su hija pequeña, Catalina, sus damas de compañía, el personal de palacio y su padre Fernando el Católico, transportaba el féretro de su marido Felipe El Hermoso. Y es que la reina se disponía a desplazar el ataúd desde Burgos, donde había muerto su esposo Juana I entra en tordesillas a lomos de un caballo, precedida por uno de los Monteros de Espinosay en el que ya había recibido sepultura, hasta  Granada.

Posteriormente, en la plaza Mayor, varias vecinas del municipio se asomaron a los balcones para comentar el trasiego que se producía en las calles ante la llegada de Doña Juana y su cortejo. Una vez llegados a la Puerta del Foraño, Hernando de Tovar, Capitán de los Monteros, ordenó abrir las puertas para dar paso a Su Majestad y que la comitiva entrase al recinto amurallado. Otra de las acciones de la tarde también se desarrolló en la plaza Mayor, lugar en el que el cortejo se detuvo ante las numerosas dudas de la reina, que finalmente fue convencida por su padre para que permaneciera en la villa.

En el palacio Alto de San Antolín se representó la llegada del séquito al Palacio Real donde se escenificó un pasaje de la vida de la reina, recordando lo que fue posiblemente su vivencia más dolorosa, la muerte de su amado esposo. Felipe El Hermoso.

En este mismo lugar también se recreó un pasaje de la vida de Juana la Loca, momentos antes de la muerte de Felipe. La interpretación de este momento corrió a cargo del grupo de teatro de la localidad «Pandora». Y es que tras la muerte del archiduque de Austria, Juana I fue jurada como heredera por las Cortes de Castilla y empezó a manifestársele una enfermedad mental, determinada según algunos, por la infidelidad de su marido, hacia quien sentía un amor apasionado y del que se dice se enamoró nada más verle. A pesar de su dolencia, la tercera hija de los Reyes Católicos nunca fue declarada incapaz por las Cortes de Castilla, ni se le retiró el título de reina.

Los celos que Juana I padecía se pudieron apreciar durante la representación. Y es que la llegada de la reina a la villa contó con la participación de 200 personas y las únicas mujeres que tomaron parte en ella fueron las damas de compañía y su hija pequeña Catalina de igual modo que lo hizo en 1509 la reina.

El Día de la Reina está organizado por la Asociación de Empresarios y Profesionales y el Centro de Iniciativas Turísticas de Tordesillas, y convertirá a la villa en una cita obligada con su memoria histórica. Para la realización de la fiesta, la organización ha recibido el asesoramiento de Miguel Ángel Zalama, Catedrático de Historia del Arte y autor del libro Vida cotidiana y Arte en el Palacio de la Reina Juana en Tordesillas. Paralelamente, se ha desarrollado un curso de estudios avanzados titulado «Hacia y desde Tordesillas. Magnificencia y política en los viajes de la corte en época de Juana I».