Medina firma su hermanamiento con la ciudad marroquí de Zug

Crescencio Martín Pascual y Abdulah Arabi firman el protocolo de hermanamiento en el Salón de Escudos de las Casas ConsistorialesEl alcalde de la villa, Crescencio Martín Pascual y el delegado del Sáhara, Abdulah Arabi, rubricaron el protocolo tras la recepción a los niños del programa ‘Vacaciones en Paz’

másMedina.- La villa se hermanó el pasado jueves con la ciudad marroquí de Zug y dio así cumplimiento al acuerdo de Pleno del pasado mes de abril. El alcalde de Medina del Campo, Crescencio Martín Pascual y el delegado del Sáhara en Castilla y León, Abdulah Arabi, fueron los encargados de rubricar el protocolo.

La firma tuvo lugar en el Salón de Escudos de las Casas Consitoriales, después de la recepción ofrecida por las autoridades locales a los seis niños saharauis que veranean en la localidad, acogidos por otras tantas familias. Ellos son los participantes de la edición 2008 del programa «Vacaciones en Paz» organizado por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui. Se trata de las niñas Lehdia, Salka, Raguia y Jamila y de los niños Belah, Sidi y Brahim.

«Este es el décimo año que el programa ‘Vacaciones en Paz’ se realiza en Medina del Campo. Por ello nos pareció oportuno promover un hermanamiento con una de las localidades de las que más niños hemos acogido» explicó ayer el coordinador de Amigos del Pueblo Saharaui en Medina del Campo, Aurelio González.

El programa se lleva a cabo en todas las localidades donde opera la Asociación. A la Villa de las Ferias llegan 6 de los 60 niños acogidos en toda la provincia vallisoletana. El alcalde de Medina y varios concejales de la Corporación les dieron ayer la bienvenida en el Patio de Columnas del Ayuntamiento.

Del desierto a la ciudad

El pasado jueves fueron recibidos oficialmente, pero los niños llegaron ya hace semanas, entre el 17 y 24 de junio. 6 familias medinenses se encargan de cuidarlos y darles a conocer cómo se vive en otros países distintos al suyo. De hecho, el entorno es tan diferente al que están acostumbrados como comparar el desierto argelino en el que se asientan los campamentos de Tindouf, sin apenas adelantos tecnologicos, con una ciudad occidental con edificios de piedra y ladrillo; fuentes y grifos. «El primer objetivo del plan es efectuar a los niños un reconocimiento médico en cuanto llegan. Les llevamos al pediatra porque siempre sale alguna carencia», señala González. «Después tratamos de que convivan con los otros niños de las familias que les acogen, para que vivan nuevas experiencias».

Sólo les dura el verano ‘en paz’ dos meses a estos escolares. A mediados de agosto tienen que volver al lugar donde 300.000 saharauis permanecen refugiados desde hace ya 32 años, en una situación política enquistada y de futuro incierto. «Los chavales sólo pueden salir hasta 5 veces, puesto que el programa se desarrolla en muchachos de 7 a 12 años», explica González. «De los que han venido este año repiten cuatro».

Mediante el protocolo de hermanamiento de Medina del Campo con la Daira (ciudad) de Zug, de la Wilaya (provincia) de Auserd, el Ayuntamiento se compromete a mantener «vínculos de solidaridad y paz», así como a «trabajar por la integración de los niños y niñas y sufragar los gastos del campamento de verano a los que quieran realizarlo». También sufragará los gastos de viaje de los niños.